del oficio de las letras y la perversión de las palabras.

lunes, diciembre 28

MENOS UNO MAS UNO SIEMPRE ES IGUAL A CERO.

Al parecer, no todos los finales son como los esperábamos. A un par de meses de iniciar una nueva aventura en este espacio y creer que las posibilidades de reconocerme a través de él eran mayores, me doy cuenta que por más que lo intente no cambiare la forma de enamorarme de las personas ni de las situaciones, de creer que aun existe ese indescriptible sentimiento de pertenencia que nos obliga a creer en ese alguien que alguna vez nos hizo sentir mariposas en el estomago, de intentar afrontar las consecuencias de nuestros actos o simplemente darnos cuenta de que la gente en el fondo sigue siendo la misma, pero ¿qué sucede cuando nos damos cuenta que por mas que nos esforzamos no logramos engañar a nuestro corazón? ¿en que momento perdimos la capacidad de desenamorarnos de nosotros mismos? En definitiva, escapar en el momento indicado para algunos es un acto de saludable cobardía pero para mi es algo casi inmoral, aun más cuando esa persona está consiente de lo que ello significa, el renunciar a la posibilidad de creer sus propias mentiras y mejorar sus sentimientos en la maquina contestadora, de fingir un verdadero amor por si mismo y dejar de pensar que el destino tiene algo tan especial aguardándonos en la siguiente esquina, de sentir que la vida esta hecha de instantes memorables al lado de ese alguien que muere por nosotros y que el tiempo puede perdonar todos nuestros actos, pero jamás olvidaremos la primera vez que sentimos estar tan cerca de ese momento en el que el tiempo se detiene y eres capaz de descubrir lo magnifico que sigues siendo, por mas herido que pueda sentirme, una vez mas disfruto este escalofrió que me recuerda lo innegablemente satisfactorio que es estar de nueva cuenta solo sin mas fantasmas que me hagan recordar que lo único que hago es esperar a que algo genial suceda y todo en busca de aquello que algunos llaman… …mi felicidad.

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